En primer lugar se bombea el agua bruta y se realizan en línea las dosificaciones de reactivos: coagulación y precloración.  Una vez realizada la dosificación de los reactivos necesarios se filtra el agua mediante filtros verticales a presión, con relleno de lecho silíceo para maximizar su rendimiento. Por último, las aguas son desinfectadas a la salida de la filtración, mediante una dosificación  de cloro. Además, en el depósito de acumulación de agua tratada se realiza un control de cloro en continuo. 

Para controlar el ensuciamiento de los filtros y garantizar un rendimiento óptimo de los mismos se incorpora un sistema de retrolavado que combina la inyección de aire y de agua.

Las instalaciones permiten obtener un agua potable con unos resultados de parámetros de turbidez inferior a 1,5 NTU, sólidos en suspensión inferior a 1,2 ppm.

La planta potabilizadora cuenta con la instrumentación necesaria para controlar los parámetros más  importantes: medición en continuo de caudal de entrada y salida mediantes caudalimetros electromagnéticos, pH de entrada y salida mediante pHmetros de inserción, turbidez en línea  y por supuesto, un medidor de cloro.

La automatización de la ETAP permite el funcionamiento en continuo de la planta potabilizadora, así como control de los principales parámetros a distancia y telegestión de la potabilizadora.

En VITAQUA realizamos plantas potabilizadoras en obra civil, compactas sobre bastidor o en contenedor marítimo para exportación. Trabajamos con filtros abiertos o cerrados, empleando todo tipo de lechos filtrantes (material vítreo, sílex, antracita, carbón activo, granate…). Si es necesario, se emplean decantaciones previas, tanto con decantadores troncocónicos, como con decantadores lamelares y en función de los requisitos del agua de salida podemos emplear tratamientos de microfiltración, ultrafiltración, nanofiltración u ósmosis inversa.

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